Xert; Castellón
Durante años pensé que esta cueva era inaccesible, y no andaba demasiado desencaminado.
Fue una superposición de circunstancias lo que hizo que se nos metiera definitivamente entre ceja y ceja.
Viendo fotos de algunos de los grandes fotógrafos de espeleo franceses vi que había una cavidad que no podía faltar en los álbumes de todos ellos, es la cueva que ellos llaman Event de Peyrejal.
No me extrañó que todos ellos quisieran fotografiar aquella cavidad, más concretamente la zona de las galerías freáticas conocida como "los tubos".
Son unos conductos erosionados por agua a presión con secciones casi circulares y tremendamente fotogénicas.
En algún momento inmediatamente posterior, o quizá casi al mismo tiempo, le pegaba yo un nuevo vistazo a aquella cavidad que siempre pensé que sería una pasada visitar, la Font del Molinar, en Xert.
Y así fue como reparé en el hecho de que la Cova del Molinar tenía un tubo de presión muy similar a aquellos del Event de Peyrejal, con la relevante diferencia de que a la Font del Molinar no había entrado nunca nadie a hacer una foto de esas.
Con esa motivación nos pusimos a la faena de investigar a fondo esta cavidad y sus posibilidades de acceso. Fuimos descubriendo que estábamos hablando de una cavidad con un delicado y desasosegante comportamiento hidrológico.
Para no extendernos demasiado la idea sería la siguiente;
Esta cueva no se exploró hasta los años 90 porque siempre estuvo inundada, era una fuente. Fue durante los años 80 se excavaron unos pozos para abastecer de agua a la población de Xert, al extraer agua del acuífero se vio que en lo más seco del verano el nivel de la cueva descendía y se hacía practicable.
Aquí fue cuando el Espeleo Club Castellón la exploró, era principios de los 90, escribieron un artículo para Berig en el que, además de exponer de una manera excelente un extenso estudio de la cavidad, apuntaban que la incursión a la cueva era comprometida porque en caso de que fallaran las bombas de los pozos, que era con frecuencia, los pasos claves de acceso a la cavidad se inundaban de nuevo en pocas horas...
Y esa es la información que manejábamos, que sinceramente acojona.
Pero de principios de los 90 hasta ahora han pasado 30 años. 30 años son muchos años, podría perfectamente haber disminuido el nivel del acuífero y podrían, perfectamente también, haber instalado unas dichosas bombas más fiables.
Con este pensamiento visitamos la cavidad la primera semana de junio. Chasco mayúsculo, inundada desde la entrada. Vuelta al acojono.
Casualidades de la vida hacen que conozca a alguien que sube con mucha frecuencia a Forcall, y mi cabezonería e insistencia consiguen convencer a esta persona a que, en una de las visitas a su pueblo, haga un pequeño desvío a principio de agosto y se acerque a la boca de la Font del Molinar para confirmarme que ya no está inundada.
Hay que entender que subir a Xert desde Valencia con la única intención de ver si la cueva se ha secado o no es una pateada de mucho cuidado.
El día 19 de agosto, no sin cierta sensación de intranquilidad y desasosiego, decidimos echarle un tiento.
Y nos encontramos con la reconfortante situación de que la cavidad no tiene pasos de acceso inundados, ni siquiera aquellos que se documentan permanentemente anegados.
De cualquier manera no nos entretenemos ni demoramos en exceso la visita, vamos directos a nuestro objetivo, el magnífico tubo de presión previo al sifón terminal de la cavidad, tratando de hacer lo más breve posible la incursión.
Llegados a este punto quisiéramos anotar que, aunque nuestras fotos se limitan a dos lugares en concreto, estamos hablando de una cavidad espectacular, con un ambiente fuera de lo común y con una gran cantidad de posibilidades que nos fuimos dejando por el camino.
Eso sí, incómoda de cojones, la mayor parte del recorrido caminamos sobre gruesos depósitos de arcilla que dificultan mucho el avance y que convierten en muy farragoso cualquier intento de hacer una foto.
El tubo de presión se presenta como una galería ligeramente descendente con una sección circular casi perfecta de unos 1,80 metros de diámetro y unos 10 metros de longitud.
Mostramos a continuación un par de encuadres.
Esta fotos están tiradas con una única iluminación de contraluz en la configuración de 4 flashes en piña sobre un trípode.
Al final de la galería de erosión llegamos a una sala de buenas dimensiones totalmente inundada.
La siguiente foto está disparada desde esta sala inundada en dirección al tubo de presión y aprovechando el reflejo del agua.
Otra vez, una única iluminación de contraluz.
Y por último; no quería perder la oportunidad de echarle una foto a otro de los exclusivos fenómenos de esta cavidad, los pendants.
Situados al inicio de una galería a la que se accede por una incomodísima y resbaladiza rampa ascendente no nos deja mucha opción de elegir encuadre, al menos para hacer una foto de estas características.