Cueva Honda

Hoz de Marrón; Ampuero. Cantabria 


Tres ríos.

En el borde de un prado y al fondo de una dolina que le pone fin a un pequeño valle ciego se abre la boca de la Cueva Honda.

Es un sumidero.

Las grandes dimensiones de su boca y de su galería inicial se van reduciendo poco a poco hasta que vemos el río desaparecer en una fractura impenetrable, pero una gateada que se hace larga nos lleva hasta el cauce del segundo río.

Una interminable galería freática y activa nos mostrará lo más bonito de esta cavidad.

Sabemos que hay una red fósil a un nivel superior pero nosotros nos conformamos, y más que eso, con lo que vimos.

Una cueva que nos pareció espectacular.


 

La gran boca de entrada que desde lejos no se ve, oculta por enormes robles y avellanos.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/80s



Como comentábamos anteriormente la gran galería de entrada va reduciendo sus dimensiones hasta convertirse en un conducto con la típica morfología erosionada por la corriente.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 800
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



La galería activa.
Tras la incomoda gateada llegamos a la galería activa, que es larguísima.
Golpes de gubia y agua cristalina nos acompañarán durante muchos metros.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 100
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



En ocasiones la galería hace quiebros y otros cambios de sentido, haciendo más interesante aún un paisaje que nunca nos resultó monótono.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Ya muy cerca de donde termina la espectacular galería la cueva nos da acceso al piso superior de carácter fósil.
Y encontramos estas magníficas formas de erosión.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s


 

Cueva del Churro / Cueva Elegante

Secadura. Cantabria 


El punto de inflexión.

Aquel día teníamos previsto otra cosa. 
Inicialmente fuimos a la frontera de Cantabria con Euskadi, yo estaba empeñado en ver una mina que pertenece al antiguo coto minero Josefa todavía en el término de Castro Urdiales. La Mina San Plácido, es relativamente conocida porque en una de sus galerías se forma una cascada que viene de un piso superior.

Nos resultó imposible acceder al interior de la mina por la tremenda cantidad de vegetación que invade el paso de acceso, se dice que quizá, en otra época del año, cuando el frío haya hecho que la vegetación pierda su vigor, el acceso es posible.

De cualquier manera estoy convencido de que no habríamos encontrado la cascada en activo, había sido y estaba siendo un verano muy seco.

De esta forma nos vimos obligados a cambiar de planes y decidir una alternativa.
 
Para no tener que regresar al alojamiento en el que nos hospedábamos, que es donde teníamos todos los apuntes relativos a las aproximaciones, ubicaciones y accesos a las cavidades que habíamos planeado visitar, pensé en aquella cueva que sí sabía donde estaba y no necesitaba consultar en ningún sitio su localización.
La Cueva del Churro o Cueva Elegante.

Sin embargo era una alternativa arriesgada, era una cueva bastante desconocida, no había visto ni una foto de su interior, parecía no interesarle a nadie y lo único que me había llamado la atención de ella es que de su boca de entrada surgía un arroyo.

Así como en otras ocasiones acertamos al arriesgar considero que en esta ocasión no lo hicimos. La Cueva del Churro o Cueva Elegante no habría estado en la lista de cavidades a visitar en el viaje si hubiéramos sabido cómo era realmente.

No es una cavidad carente de interés pero tampoco es ninguna maravilla, además, no la pudimos ver entera por no llevar el equipamiento adecuado, neopreno completo. Y por último, no es una cueva agradecida por la cantidad de barro que presenta además de por unas dimensiones que no siempre son cómodas.

Esto ocurrió todo el cuarto día del viaje, aún nos quedaban dos días más, dos cuevas más. La visita a aquella cueva que no había merecido del todo la pena hizo que cambiáramos el punto de vista.

Ya estaba bien de apuestas arriesgadas a cavidades desconocidas. 

Estábamos en Cantabria, no hacía falta que fuéramos a las sobrepateadas y sobreexpuestas cavidades a las que va todo el mundo, había cavidades de renombrada entidad y belleza en la que podríamos disfrutar y, aunque no fuéramos a hacer ningún descubrimiento, se salían en cierto modo del circuito de las visitadas masivamente. 

Tengo que decir que estamos muy contentos con este cambio de perspectiva, acertamos con ello. Quizá estamos incluso agradecidos de haber visitado la Cueva del Churro porque, de cualquier otro modo, no habríamos ido a ver los dos cuevones que vimos en los dos días siguientes.

Vamos a subir a continuación un par de fotos, que son todas las que hicimos, de la Cueva del Churro o Cueva Elegante, nos alegramos también de que haya alguna foto del interior de esta cavidad.

Y, tal vez, viendo las fotos podamos pensar que hemos demonizado las virtudes de esta cueva más allá de lo que se merece.


    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s
   


    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 200
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s





Cueva Roja

Monte El Naso; Matienzo. Cantabria 


La magia del suelo.

Siendo una de las cavidades más desconocidas y de menor entidad de las que visitamos en aquel viaje a Cantabria no podemos negar que fue una de las que menos indiferentes nos dejó.

Llegó a nuestro conocimiento a través de la base de datos de Matienzo Caves y siempre hubo algo que nos llamó la atención, los suelos. Las fotos que se adjuntaban a la ficha de la cavidad en aquella base de datos eran pocas, vagamente descriptivas y antiguas, pero aún así el carácter de la cueva nos cautivó.

Poco a poco se fue acercando la fecha del viaje y la visita a esta cueva pasó de estar en la lista de posibles alternativas a ocupar un lugar en las actividades prioritarias a realizar, sí era un poco una apuesta, pero salió bien.

No solo era una apuesta porque el limitado recorrido de la cueva podría llevarnos a una decepción sino también porque la localización de la ajustada boca de entrada era complicada; en la ladera sur del Monte El Naso, en un punto al que ya no se acercaban las sendas, con mucha pendiente y vegetación habría sido fácil fracasar en intento de encontrarla. Poco faltó para que así fuera, GPS en mano, en la misma boca de la cueva y estuve a punto de no verla.




La Cueva Roja es una de las muchas cavidades repartidas en esa montaña, nosotros solo conocemos esta pero se dice que, aunque todas pequeñas, son imprescindibles.
La Roja, desde luego, lo es.

Si tuviera que ponerle una pega es que no elegimos bien la época del año para visitarla, el final del verano nos priva de encontrar los increíbles suelos de esta cavidad llenos de agua. Sin embargo, no deja de ser un espectáculo.

 

No hay un metro cuadrado de los suelos de esta cavidad que no esté tapizado de elementos que no van a dejar de sorprendernos. No sabiendo en ocasiones ni por dónde pisar.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 200
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Desde la primera parte de la cavidad, cuando nos dirigimos hacia la sala final, pasamos por una zona en la que yo no había visto tantas pisolitas juntas en mi vida. Habrá cientos de ellas.

    Canon EOS 6D MarkII           f/14        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Y los suelos de la sala final están complemente tallados y trabajados por los gours, que debe ser una maravilla verlos llenos de agua. Sin olvidar las formaciones de techo y paredes, así como la elegante columna que sujeta la sala.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 800
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Y desde el otro ángulo tenemos la misma percepción.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s




Famous Five

Navajeda; Entrambasaguas. Cantabria 


Cueva del Bucarón, de los Cinco Famosos o Famous Five.

Sí que me gustaría saber por qué los británicos que llevan décadas explorando cavidades en el valle de Matienzo decidieron renombrar esta cavidad como "Famous Five", qué historia habrá detrás de ese nombre.

De la magnífica boca de entrada surge el Arroyo Bucarón y de este recibe la cavidad su nombre original, Cueva del Bucarón.

Es una cavidad activa con diversos caracteres en sus galerías, contemos con que nos tenemos que mojar.


 

La boca de entrada.
Un hecho que nos sorprendió mucho, imaginamos que porque venimos de visitar cavidades fundamentalmente en la vertiente mediterránea, es el grado de saturación de humedad en estas cavidades del norte, haciendo que se formen verdaderas nubes de niebla que por un lado reducen mucho la visibilidad, pero por otro crean un efecto muy estético en las fotografías.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/30s



Las playas.
La galería de entrada de buenas dimensiones nos conduce hasta una zona de techos más bajos y suelos de grava a través de los cuales se abre paso el curso del río. 

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



El río.
Alcanzamos, no sin mojarnos, una gran sala que se abre al exterior por un hueco en el techo y entramos en el cauce el río caracterizado por galerías de cómodas dimensiones y suelos inundados.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 800
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Las badinas.
En estas galerías por las que circula el río nos iremos encontrando con largas badinas, en ocasiones profundas, donde tendremos que buscar los pasos óptimos para no mojarnos enteros.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Y poco a poco, tras algún pequeño resalte, nos vamos acercando al final de la cavidad que muere en un sifón donde hay un hilo guía instalado.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 200
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s


Cuevas de Jivero

Ozana; Matienzo. Cantabria


Las formas de la erosión.

Me alegro de haber dejado pasar algo de tiempo desde que hicimos las cuevas para escribir estas entradas, se ve todo desde otra perspectiva.

Las Cuevas de Jivero fue la primera de las cavidades que visitamos en aquel viaje a Cantabria pero bien podría haber sido la última, por su accesibilidad y su comodidad habría sido una muy buena opción para un último día en el que las fuerzas ya flaquean y se acusa el agotamiento.

Si algo tuviera que destacar del conjunto de galerías que conforman las Cuevas de Jivero es que se presenta como una colección de secciones en la que podemos observar diversas morfologías de erosión freática, realmente interesante.

Y es lo que hemos intentado representar en las fotografías.



 

La boca de entrada.
Las Cuevas de Jivero son tres y tienen sus correspondientes bocas de entrada, nosotros accedimos por la más evidente, que nos permite conectar con dos de estas cavidades.

    Canon EOS 6D MarkII           f/4.5        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/80s



Morfología 1. 
Mostramos a continuación una de las secciones de erosión freática en la que observamos esta típica forma de hongo estrechada en su parte más baja.
En este caso muy próxima a la entrada de Jivero 2.

    Canon EOS 6D MarkII           f/10        ISO 200
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Morfología 2.
En esta sección percibimos un desgaste más acusado horizontalmente.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 400
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Morfología 3.
En la siguiente parte de la galería vemos como el río ha erosionado el conducto abierto a favor de una fractura muy evidente en este tramo.

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 200
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s



Morfología 4.
En muchas partes de la cavidad vamos a encontrar en los suelos estas formas de erosión a modo de pequeñas marmitas y queríamos representarlo en una foto. 

    Canon EOS 6D MarkII           f/7.1        ISO 200
    Canon EF 17-40 f4L            17mm        1/160s