Cortes de Pallás; Valencia.
El meridiano de Madrid.
La primera vez que vi alguna foto de esta cavidad fue en una publicación de Facebook.
Las fotos me llamaron mucho la atención como le llamarían a cualquiera, una galería meandriforme de esas características y totalmente esculpida a golpes de gubia no pasa inadvertida.
Los autores de aquella publicación y fotos mantenían la hipótesis de que era una cueva inédita e inexplorada, no revelaban la ubicación pero sí aportaban algún dato; la cavidad estaba excavada en yesos, funcionaba hidrológicamente como sumidero y tenía un recorrido aproximado de 60 metros.
He de decir que habría tenido la oportunidad de visitar la cavidad de mano de uno de los autores de la publicación pero las incompatibilidades de agendas y el descubrimiento que contaremos a continuación llegaron antes.
Mucho tiempo más tarde de haber visto aquella publicación, leyendo una artículo de la Revista Lapiaz número 11, de 1983, titulado Cavidades en Yesos del País Valenciano, en el párrafo correspondiente a Cortes de Pallás, me encontré la siguiente reseña;
Demasiadas coincidencias en la descripción para una cavidad en el mismo término municipal.
Pero seguían existiendo dos grandes obstáculos para averiguar la ubicación exacta.
El primero es el evidente. Unas coordenadas tomadas, como muy pronto, en 1983 habrían sido leídas sobre un mapa 1:50.000 seguramente a escuadra y cartabón. A la imprecisión de esa técnica hay que sumarle la falta de detalle de un mapa a esa escala y de esa época.
Pero la segunda dificultad es la que más me inquietaba porque, además, no era la primera vez que me ocurría. El valor de la Longitud en la coordenadas de la reseña es el siguiente;
2º 43' 52"
¿Cómo puede una ubicación en Cortes de Pallás, que está tan cerca del meridiano de Greenwich, dar un valor en la Longitud de 2º?
Y conseguí descargarme el mapa de la época en el que aquellos espeleólogos ochenteros habían triangulado la ubicación.
Leyendo un poco más descubrí que en los mapas del I.G.C. de aquella época el valor de Longitud no se referenciaba a partir del Meridiano de Greenwich sino del Meridiano de Madrid. Y hay un factor de conversión.
No tenía la ubicación precisa pero había acotado muchísimo el perímetro.
Cómo logré dar con la posición de exacta de la boca de la cavidad es más un tema de observación.
La Cueva de la Casa de la Hoya o Sumidero Mislata.
Me da mucha lástima la manera en la que cavidades de este tipo cayeron en el olvido, cuevas de las que ya nadie se acuerda.
¿Dónde quedaron las historias de aquellas exploraciones? ¿Cómo fueron aquellos días?
¿Quién les dijo a aquellos chavales de Valencia que ahí había una cueva?
¿Quién era de Mislata y le tenía tanta estima a su pueblo que le puso el nombre a la cueva?
Crónicas de las que no queda nada escrito.
La Cueva de la Casa de la Hoya es una cavidad sorprendente, es de esas cavidades de las que ya hemos hablado en otras ocasiones en las que la calidad no está en el tamaño.
Esta primera foto está tomada poco antes del comienzo de la impactante galería meandriforme y en este lugar ya habremos recorrido unos cuantos metros de cavidad.
Es importante apuntar que la entrada a la cavidad se va a presentar generalmente inundada y en forma de laminador, nos va a obligar a entrar a gatas y la altura del techo nos va a forzar a mojarnos casi por completo.
Aunque en esta foto no vemos todavía la característica morfología de la galería sí que se aprecia que nos encontramos en el interior de un conducto erosionado por la circulación de agua a presión.
Foto 2. El comienzo de la galería.
Esta foto muestra el punto justo en el que comienza la singular morfología de la cavidad.
Quisiera destacar que no resultó nada fácil iluminar estas partes de la cueva, demasiado angosto y demasiado irregular.
Foto 3. El carácter de la cueva.
Con esta foto queríamos mostrar el verdadero carácter de esta peculiar cavidad.
Este el panorama que nos vamos a encontrar en la mayor parte de su recorrido.
Foto 4. El final de la galería.
Sorprendentemente, cuando finalizan los sinusoidales estrechos, nos encontramos que la galería se vuelve a ensanchar. Nos estamos acercando al laminador donde nosotros pusimos fin a la visita.
Foto 5. De nuevo el tubo de presión.
Al salir de los estrechos nos encontramos en una galería con una morfología muy similar a la del comienzo de la cavidad.
Canon EOS 6D MarkII f/7.1 ISO 100
Canon EF 17-40 f4L 17mm 1/160s
Foto 6. Justo antes del laminador.
Esta foto muestra cómo son los últimos metros de la cueva antes de llegar al final.
Observamos que la galería sigue ofreciendo sus característicos quiebros y sus interminables huellas de corriente.
Canon EOS 6D MarkII f/7.1 ISO 200
Canon EF 17-40 f4L 17mm 1/160s