La Serra d'en Galceran; Castellón
Un acceso largo y complicado; Una cueva difícil de encontrar.
Lo cierto es que descubrimos la existencia de esta cavidad recientemente y todavía no entiendo demasiado bien cómo no la habíamos visto antes. La publicación Berig del Espeleo Club de Castellón le dedica un artículo en el número del año 2009.
A lo largo de nuestra trayectoria hemos ido visitando una buena cantidad de cavidades de la provincia de Castellón que, aunque su génesis fuera inicialmente natural, se vieron modificadas por la mano del hombre, generalmente con el fin de extraer mineral.
Dentro de este tipo de cuevas las hay más interesantes o menos relevantes por diferentes motivos. Creo que no me arriesgo mucho diciendo que la Cova dels Malladàs es una de las más chulas que hemos visto en esta clasificación.
Además de la mineralización de hierro, que es masiva en toda la cueva, la cavidad tiene la particularidad de recibir aportes de agua estacionales y un goteo que permanece activo mucho tiempo después de que cese la lluvia.
Esta característica ha ido haciendo un trabajo remarcable en su morfología subterránea.
Podríamos dividir la cavidad en dos partes bien diferenciadas, una primera sala descendente de grandes dimensiones y un segundo sector de dimensiones más modestas y mucho más húmedo, es aquí donde vamos a encontrar rincones realmente interesantes.
Como bien describíamos en la cabecera de esta entrada el acceso y aproximación a esta cavidad es excluyente, aunque tengamos la ubicación exacta. El acceso en coche es largo, de varios kilómetros, y los caminos que hay que recorrer están muy abandonados y en muy mal estado, en absoluto aptos para un turismo o para estos vehículos que llaman SUV. Y una vez allí, la aproximación a pie es confusa y penosa, con abundante vegetación y trochas desdibujadas.
Nuestra valoración del día fue muy positiva, recorrimos esos caminos de los que ya nadie se acuerda, disfrutamos de unas magníficas vistas y estuvimos en una cavidad que se nota que hace tiempo que muy pocos se toman la molestia de visitar.
Una galería descendente a la que todavía le llegan algunos rayos de luz nos lleva desde la superficie al interior de esta cavidad.
Esta siguiente foto intenta mostrar el aspecto de esa primera sala de grandes dimensiones que mencionábamos anteriormente, y en la que su pared norte fue objeto de las labores mineras. Se aprecia con claridad la naturaleza del mineral de hierro.
Se puede observar al fondo de la sala el paso que da acceso a la segunda parte de la cavidad.
La foto está disparada con 4 flashes de contraluz detrás de Ana y 2 más enfocados a iluminar la pared frontal.
En esta siguiente fotografía podemos ver el punto justo en el que llegaría ese aporte de agua en tiempos de lluvias y que ha formado una bonita colada de micro gours.
Este punto se localiza justo en el paso que conecta las dos salas.
La foto está tirada con 2 flashes laterales tratando de iluminar todo el encuadre.
En la segunda de las salas observamos puntos de goteo que en algunos lugares han formado nidos de pisolitas.
Esta foto está tirada con 2 flashes laterales, uno a cada lado del encuadre.
Esta última foto muestra una de las paredes de esta última sala donde la presencia de óxido de hierro es masiva, tal y como se aprecia en la imagen.
La foto está tirada únicamente con 2 flashes; uno de contraluz detrás de Ana y otro lateralmente iluminando la mineralización de la pared.
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