Arroyo Cerezo; Castielfabib. Rincón de Ademuz -Valencia-
El día de San Juan.
En una entrada de este blog en mayo de 2022 contábamos cómo supimos de esta cueva y cómo fue la primera vez que entramos.
A veces pienso que repetir cuevas en el blog es un signo de que se nos acaban las ideas y otras veces pienso que no entras dos veces a la misma cueva aunque la cueva sea la misma.
Cambia el año, las condiciones, los propósitos; cambia la visión.
La Cueva del Grollador es una cavidad que atesoraremos siempre, por desconocida, por lejana, porque está en un entorno espectacular y porque es una pequeña joya que tiene un poco de todo.
En nuestro objetivo de ir trasteando con la funda estanca de la cámara se nos ocurrió que el Grollador reunía relativamente buenas condiciones para este fin, y decidimos darle una segunda vuelta a esta cavidad.
En la anterior entrada contábamos que probando el invento de la cúpula de acrílico habíamos descubierto que las imperfecciones de un cristal tan barato y de no tan buena calidad nos creaba feas distorsiones en la imagen.
Bien, había algo que no me convencía en esto porque yo había visto muchas fotos tomadas con GoPro usando estas cúpulas y nunca veía ningún tipo de distorsión, este hecho me llevó a pensar que quizá la cúpula que yo había comprado estuviera defectuosa.
De esta manera me puse a bucear y encontré en Aliexpress un recambio de cúpula de la misma marca por 8€, 8 putos euros!! Y la compré, tardó en llegar pero llegó.
Magia! El cristal ya no distorsiona. El cristal sigue siendo igual de mierda que el otro pero estas cúpulas no son nunca iguales unas a las otras, y si te toca una en que la imperfección se manifiesta en un punto del encuadre que no afecta a la foto o te afecta muy poco...has triunfado.
El encuadre que mostramos a continuación es una copia de uno del año pasado en el mismo punto. Queríamos repetirlo porque el año pasado quedó desenfocado por usar el enfoque automático sin mirar por el visor...
Una foto espontánea.
Esta es una de esas fotos del making of, de esas que se disparan mientras Ana se está colocando para una foto y cuando las ves en el ordenador resultan demasiado naturales como para desestimarlas.
El tupper de Ikea lleno de flashes y un sorprendente e inesperado encuadre.
El fondo de las zonas inundadas de esta cavidad levanta sedimento cuando pisas pero si eres rápido y lo planeas bien puedes lograr la foto antes de que se enturbie el agua.
Y ahora, la siguiente cuestión ¿Por qué no se enfoca bien la parte de la foto que está sumergida...? Habrá que seguir leyendo...y probando.
La piscina del sifón.
Esta cavidad termina en una amplia y atractiva badina en la que sumergido se adivina un sifón.
Es el lugar de la cueva que más juego da para probar este tipo de cosas.